Oficio
Muy buenas,
Hace no demasiado leí a un buen amigo comentar la diferencia entre una profesión y un oficio.
Las profesiones necesitan titulación, es necesario que demuestren unos profundos conocimientos sobre la materia que quieren ejercer antes de empezar con ella. No queremos médicos o arquitectos supermotivados y con ganas de ir aprendiendo sobre la marcha, queremos que la primera operación que realicen, que la primera casa que se levante con sus planos no devenga en catástrofe.
Los oficios no, no necesitas titulación alguna, cuanto más conocimiento tengas sobre el trabajo que vas a realizar mejor, claro, pero solo eso. El oficio se aprende ejerciéndolo, cuanto más trabajes, si te lo tomas en serio, mejor lo harás. Evidentemente cuanto más formado estés y más sigas formándote mejor que mejor.
A mi me flipa ver trabajar a un buen profesional, tiene algo de hipnótico, me da lo mismo que sea un camarero, un dependiente, un mecánico, un carpintero o un actor. Hay veces que, casi sin darte cuenta te encuentras observando fascinado a alguien que sabe hacer muy bien su trabajo. Has llegado por casualidad a ese sitio, al principio no te das ni cuenta, pero luego comienzas a comprender que estás delante de un maestro en su oficio. Hay bares y cafeterías donde me quedaría horas sólo viendo cómo trabaja su personal.
Tampoco voy a contar milongas, ni yo, ni la mayoría de mis compañeros tenían vocación librera. Un conjunto de casualidades, oportunidades y buena disposición nos han llevado a este oficio. En retrospectiva sí que puedo ver que tenía cierta predisposición. Desde siempre he sido bastante proselitista con esto de los tebeos (o puede que fuera simplemente un poco pesado), he prestado cómics por encima de mis posibilidades, siempre tratando de atraer acólitos a la causa. Esto sin duda puede interpretarse ahora como una señal, pero lo cierto es que si hace 30 años Iñigo no me hubiera propuesto montar esto juntos (esto es Joker, claro) estoy convencido de que yo no hubiera sido librero.
Y aquí estamos, soy parte del oficio. No digo que sea precisamente de esos a los que yo me quedaría mirando cómo trabajan pero sí he ido aprendiendo cosas. El funcionamiento de la librería te acaba llevando a sitios que igual no son los que más te gustan y es verdad que paso demasiado tiempo solo en el cuartucho que llamo mi oficina realizando tareas no tan divertidas como las que se realizan de cara al público. Pero no me quejo, sé que soy un privilegiado con un trabajo que me apasiona.
Hace ya unos cuantos años, cuando todavía existía en Londres la librería Borders, de varias plantas, me pase poco más de una hora visitándola (los libreros visitamos librerías, es imposible no hacerlo) y me pararon 3 veces como si trabajara allí, teniendo en cuenta que no llevaba el uniforme y que mi inglés es muy deficiente me dio por pensar que, de alguna manera, me comportaba como un librero en una librería, que no podía evitarlo… intuyo que colocaría bien los libros en las mesas sin darme cuenta o algo por el estilo, pero el caso es que, además de ser motivo para el cachondeo de mis acompañantes y crearme cierta sensación de mosqueo acabé tomándomelo como una evidencia de que sí, que ya había llegado.
Y ahora me pregunto en qué consiste este oficio de librero, qué aptitudes vamos desarrollando con los años. Creo que hay unas cuantas: intuir si un cliente te necesita o prefiere curiosear a su bola, entender (incluso a veces antes que él) qué esta buscando, cómo colocar las novedades para destacar las que consideras que deben hacerlo, captar rápido qué obras van a ser grandes éxitos, recordar más nombres de clientes que de parejas de amistades, conocer sus gustos, diferenciar un nuevo lector interesado de un paseante aburrido que viene a echar la tarde porque llueve pero no tiene la más mínima intención de comprar… son muchas cosas pequeñas que haces casi sin darte cuenta, pero que tienen casi siempre como objetivo final que cualquiera que entre a la librería se sienta a gusto, casi nada.
Evidentemente este es un ideal, somos humanos y nos equivocamos constantemente, hay días que estamos cansados o enfadados con la vida, hay veces que estamos más torpes o menos motivados.
Ya comenté que no era librero vocacional, pero me alegro muchísimo de tener este oficio. Es un oficio relativamente simple y agradecido, sí, pero me gusta.
En la librería
Evidentemente toca hablar de Beto. Su visita marca, al menos para mi, uno de los hitos de Joker. Y la cosa salió muy bien: lleno total, Beto muy expresivo, Borja un gran cicerone y Uxue haciendo un gran trabajo de traducción (gracias a todos). Es cierto que no atiné con el aire acondicionado (se paso un poco de calor) y que, sabiendo ahora su velocidad supersónica en las firmas podríamos haber hecho una charla algo más larga, pero bueno, hicimos lo que pudimos.
en cualquier caso por aquí os dejo el video:
Las presentaciones siguen a tope, este jueves nos visitan los hermanos Valderrama. Dos jóvenes con mucho talento que nos sorprendieron con un debut magnífico, pocas primeras obras he visto tan profesionales. Kaijus y adolescentes es una combinación ganadora.
Mañana martes tendremos por aquí un club de lectura sobre Jamás tendré 20 años, una de las cumbres de Jaime Martín, uno de los grandes de la historieta que nos visitará el jueves siguiente, creo que también va a ser una ocasión única.
No voy a hablar mucho de las sesiones de los juegos de los lunes, no tanto porque no sean mi negociado como porque suelen llenarse y no necesitan más promoción, pero vamos, si sois de los que os todavía no os habéis animado y queréis probar tendréis que daros prisa…
Y ojo a este sábado que viene completo para todos los públicos, a la mañana Bocadillitos para toda la familia con Elizabeth Casillas y a la tarde divulgación científica con la gente de Enigmas y más, en esta ocasión “Orgas(mitos) y demás leyendas”.
Recomendaciones
Mías
Me he leído el primer tomo de la nueva serie regular de los Titanes, con guión de Tom Tylor y dibujos de Nicola Scott y me ha gustado mucho. Un buen cómic de superhéroes con todo lo necesario: referencias a la historia del grupo que no impiden el acceso a nuevos lectores, buena caracterización de los personajes, tramas actuales, tensión desde el primer momento… vamos que me lo he zampado en un pispas, una lástima que de 170 páginas 50 sean de un complemento realizado por otros autores, que nada tiene que ver con la trama principal. El dichoso crossover que no encaja para nada en el tomo y que te hace cerrar el tebeo con un pequeño mal sabor de boca. En fin, la historia principal merece la pena.
Hablando de superhéroes debo confesar que he leído el primer volumen de Savage Dragon. La verdad es que tenía mucha curiosidad por volver a leerlo y no me ha defraudado (mucho). Es un tebeo encantador, una superestrella del cómic decide consagrar lo que le queda de vida a desarrollar las aventuras del personaje que creo siendo un chaval y ahí sigue. Erik Larsen es el único fundador de Image que sigue al pie del cañón, dibujando y guionizando su serie sin apenas descanso. El tebeo es hijo de su época: Muchas cosas ocurren porque sí o para crear drama, hay varias muertes super impactantes de personajes que acabas de conocer, los malos son como de chiste… pero se ve una intención de crear algo sólido, de desarrollar personajes, de preocuparse por la narración, de contar una historia. No me parece que estos primeros números sean los mejores de la colección, pecan de ingenuos aunque quiera ir de duro, pero me lo he pasado bastante bien y creo que seguiré leyendo los próximos volúmenes de la serie.
Cambiando de tercio he leído el tercer y último tomo de La Ciudad Sin Nombre y me reafirmo en mi convicción de que los chavales tienen tebeos muchísimo mejores que los que pudimos disfrutar nosotros a su edad. Una trama seria, densa y bien construida que no toma a los chicos por tontos y que no rehúye tratar temas complejos: política, amistad, poder, traiciones y bastante acción en una historia más realista que fantástica sobre una ciudad sometida a diferentes imperios a lo largo del tiempo.
Y acabo con un miniresumen que esto se está yendo de madre: El último de Brubaker y Phillips Dónde vi el cadáver, para variar, no es tan bueno como los anteriores: es mejory os lo comenta Mikel más adelante. ¡Muera la inteligencia! es un magnifico ensayo biográfico sobre Millán Astray en el que Jorge García y Gustavo Rico invocan el espíritu de El Cubri para realizar un trabajo impecable. Y La Carretera de Manu Larcenet es lo que parece: logra captar el frio seco de la prosa de Cormac McCarthy de manera absolutamente precisa.
De mis compañeros
Mikel nos comenta unos cuantos títulos:
Aventuras en el planeta de los Simios: Panini recupera las versiones en cómic de las dos primeras películas de “El planeta de los simios”, la celebre saga de ciencia ficción nacida de la imaginación de Pierre Boulle. Un guionista clásico de Marvel, Doug Moench, firmaba la entretenida versión en viñetas de las anzandas del astronauta Taylor, Zira, Cornelius y demás conocidos del lejano futuro, junto a los artistas George Tuska y Alfredo Alcala.
Rogue Trooper 1: Dolmen continúa recuperando los clásicos del cómic británico y ahora llega el turno a esta obra, la saga de ciencia ficción de Gerry Findlay-Day y Dave Gibbons protagonizada por un soldado del futuro: un ser artificial que incorpora, además de su propia conciencia, la de tres compañeros caídos antes, con un mensaje antibelicista complementando páginas llenas de acción que enganchan desde el principio.
Donde vi el cadáver: Ed Brubaker y Sean Phillips llevan muchos años trabajando juntos y explorando las distintas dimensiones de las historias noir en las que son expertos. Ahora brillan de nuevo en un relato ambientado en un vecindario en el que se esconden muchos más secretos de lo que parece. Un cadáver tirado en la calle pondrá en marcha una serie de acontecimientos inesperados. Otra gran obra.
Aurelio recomienda: Feltrinelli. Biografía del Giangiacomo Feltrinelli editor italiano, heredero de industriales milaneses y revolucionario comunista, que vivió a lo largo de su vida enfrentado al sistema. Mediante un dibujo en blanco y negro los autores captan perfectamente el ambiente de la década de los 60 y principios de los 70. Hombre de luces y sombras, Feltrinelli es uno de los grandes personajes de la cultura italiana del siglo pasado.
Ainhoa se decanta por HexVet donde seguimos las aventuras de dos aprendices de Veteribrujas y descubrimos el mágico mundo de las criaturas fantásticas y sus cuidados. Con un ritmo rápido y un dibujo de lo más encantador, enganchará tanto a los lectores más jóvenes como a los más experimentados.
Y la de Rakel: Gato a mi pesar es ideal para todo tipo de lectores amantes de los michis. Es un tomo único con capítulos autoconclusivos, llenos de pelos, bigotes y patitas, una especie de Isekai, en el que el protagonista, un chico normal y corriente, muere en un accidente de tráfico y se despierta en un cuerpo felino regordete y achuchable y es adoptado por una chica bastante normalita. Con este tomo lleno de clichés que nunca pasan de moda tienes la risa asegurada.
Off The Record
De cine solo he visto una novedad: El reino del planeta de los simios. Un blockbuster de calidad si le quitaran al menos media hora de metraje… en fin, parece el mal de nuestros días. Lo bueno es que he repasado la trilogía anterior y confirmo que es de lo mejor en grandes producciones que hemos podido disfrutar estos últimos años.
Me he leído Verdades Penúltimas de Javier Gomá y Pedro Vallín. Siempre está bien un chute de optimismo (aunque ellos no lo llamen así), sobre todo cuando viene de personas inteligentes y divertidas que saben articular sus discursos. En fin, un caramelito que se lee en un pispas y te anima un poco la vida ante el panorama que se nos viene encima.
Y hablando del panorama que se nos viene encima, que no se me olvide: todo mi apoyo a Fandogamia, que en menudo lío les ha metido el innombrable cuando ellos solo sacan tebeos de mucha risa. en fin, que los faltos sólo necesita una mínima excusa por muy falsa que sea para hacerse los bullies. Espero que al menos esto les sirva para vender mucho, aunque no le deseo este trago a nadie.
¡Nos vemos por la librería!